lunes, 6 de diciembre de 2010

La electricidad se refiere al estudio y uso humano de la electricidad, al descubrimiento de sus leyes como fenómeno físico y a la invención de artefactos para su uso práctico.
El fenómeno en sí, fuera de su relación con el observador humano, no tiene historia; y si se la considerase como parte de la historia natural, tendría tanta como el tiempo, el espacio, la materia y la energía. Como también se denomina electricidad a la rama de la ciencia que estudia el fenómeno y a la rama de la tecnología que lo aplica, la historia de la electricidad es la rama de la historia de la ciencia y de la historia de la tecnología que se ocupa de su surgimiento y evolución.
Uno de sus hitos iniciales puede situarse hacia el año 600 a. C., cuando el filósofo griego Tales de Mileto observó que frotando una varilla de ámbar con una piel o con lana, se obtenían pequeñas cargas (efecto triboeléctrico) que atraían pequeños objetos, y frotando mucho tiempo podía causar la aparición de una chispa. Cerca de la antigua ciudad griega de Magnesia se encontraban las denominadas piedras de Magnesia, que incluían magnetita. Los antiguos griegos observaron que los trozos de este material se atraían entre sí, y también a pequeños objetos de hierro. Las palabras magneto (equivalente en español a imán) y magnetismo derivan de ese topónimo.


Conducta a Seguir
Ante una eventual electrocución, la primera medida a tomar es la de interrumpir el paso de la corriente eléctrica. Si ello no es posible, el socorrista deberá proveerse de un palo u objeto similar de material aislante y, colocado sobre una plataforma también aislante, tendrá que alejar la fuente eléctrica de la zona de contacto con el accidentado.
Si el niño permanece consciente y no parece presentar alteraciones de importancia, se le debe someter a un período de vigilancia durante dos días por lo menos, atendiendo a que no aparezcan síntomas neurológicos tales como pérdida de la conciencia, vómitos, temblores, etc.
Mientras se espera la llegada del médico de urgencias, si el accidentado está inconsciente se le extenderá, con la parte superior del torso y la cabeza ligeramente flexionados.
Si no respira o no presenta latidos cardíacos, habrá que practicar la reanimación.
De producirse quemaduras, hay que limitarse a cubrirlas con un poco de gasa estéril.
En todos los casos, debe llamarse a un centro médico de urgencias.